Es junio de 2012, estamos en vísperas de las elecciones y es difícil no comentar el clima electoral con todo y sus expectativas que están dando mucho de qué hablar en todos los rincones del país. Mucho se especula, mucho se vaticina. Entre los partidos, ya son muchas las acusaciones que se han vertido por todos los medios que a varios ciudadanos les ha ganado la desconfianza y la confusión.
Pero ¿por qué hablar de una tema político en un blog de un grupo apartidista? Si esa pregunta me fuera hecha ahora mismo, respondería ¿por qué separar la política de las preocupaciones juveniles? Mucho se ha dicho ya que #132 está politizado. Y como un colega me platicó ayer: "no se puede decir que se haya vuelto político, porque nació politizado". Francamente, es agradable ver cómo varios de mis compañeros están conscientes de su voto y le dan seguimiento a las propuestas de los candidatos de su elección a pesar de que hay un gran sector de la población que no tiene acceso a la gran nube de información que navegamos día con día la mayoría de los jóvenes en el país.
La política es más que la lucha por el poder. Ya bien decía el presidente de Uruguay, José Mujica en la Cumbre de Río +20: "el gran desafío es que la crisis no es ecológica, sino política". Una aseveración que encierra una gran verdad. (Click aquí para ver el discurso). La cumbre de Río +20 no ha demostrado más que lo que siempre hemos visto en estas reuniones entre dirigentes y líderes mundiales: acuerdos tímidos. Como si fuera un evento más para cubrir una agenda. Y eso es desgastante. Porque se tiene la oportunidad de lograr muchos cambios en beneficio de la población más vulnerable (países en vías de desarrollo) y en la conservación de nuestro medio natural y sus recursos.
Las labores del ciudadano con el aporte de "su granito de arena" no serán suficientes si no se toman decisiones a nivel de gobierno con enfoques basados en la sustentabilidad (justicia social, cuidado al ambiente, desarrollo económico) que atiendan a las necesidades actuales y futuras. Es un hecho, en el juego de la política intervienen intereses. Y en un régimen democrático deben priorizarse los intereses de las mayorías. Lo cual incluye (o debería incluir) a las futuras generaciones que, o enfrentarán las crisis que dejemos a nuestro paso, o disfrutarán de los bienes que les heredemos.
Siempre he argumentado que los seres humanos no somos dueños del Planeta y mucho menos una especie más que enfrentará instintivamente el reto de su futura extinción. Tenemos la gran responsabilidad de administrar los recursos para nuestra propia subsistencia y proteger a las demás especies con la tecnología que desarrollemos. Ahí está el caso de las clonaciones que se llevarán a cabo en Argentina (Ver nota). Pero tal parece que la mayor amenaza somos nosotros mismos.
Es imprescindible incluir en las agendas políticas, en los manifiestos, en las propuestas de campaña: hacer llegar mensajes a nuestros futuros gobernantes. ¿Cuáles mensajes? Aquellos que provienen de la opinión pública, de los expertos, de las organizaciones y que velan por los intereses comunes (humanos y ambiente) Porque ya hemos visto logros: la cruzada en la que Jx1DS participó para salvar al Parque Nacional Cabo Pulmo tuvo frutos, el presidente Felipe Calderón anunció la cancelación del proyecto Cabo Cortés (Ver nota). Es un logro, pero no es suficiente, faltan muchos otros retos que la sociedad civil tendremos que ir asumiendo y acordando con nuestros líderes y representantes.
Recientemente, leí algunos capítulos del libro Protecting the Commons (Ver libro) de la autora Joanna Burger (y colaboradores) en el que se aborda el tema de los recursos naturales y los casos en los que el correcto manejo de ellos optimiza la producción de bienes sin perjudicar al ambiente, remarcando además el papel de las instituciones en la administración del aprovechamiento de los "commons" (zonas de pastura, internet, redes computacionales, cuerpos de agua, sistemas de irrigación gobierno y tesoros corporativos y el éxito o fracaso que las entidades institucionales han tenido en dicha intervención. El ser humano tiene esa capacidad de ser una especie que pueda hacer una buena gestión de sus recursos locales y varios casos que el libro menciona son claros ejemplos de ello. Pero la falta de un ente regulador (ya sea institucional, de fuera, o interno) con una efectiva organización y sistema de derechos de propiedad ha dado paso a la voracidad de algunos "usuarios" perjudicando a los demás.
Y esos "algunos" los vemos todos los días en forma de compañías petroleras, instituciones bancarias, oligopolios, líderes sociales y políticos, caciques, entre otros. Siendo ahí el escenario en el que la comunidad (el resto de "usuarios") deben encauzar el estado de las cosas...Y lo estamos viendo: 15M en España, Occupy en EUA, estudiantes chilenos, Anonymous, #Soy132 en México, protestando por la democracia participativa, contra el poder de los corporativos bancarios, contra la privatización de la educación, la antidemocratización de internet y la manipulación mediática, respectivamente.
Podríamos abundar más, pero sin duda, este 1° de julio será un parteaguas para el ambiente político de nuestro país e, independientemente del candidato ganador, no nos debemos quedar al margen de lo que suceda. Es un interés común, es el futuro que debemos velar.
Así es. Creo que interesarnos e involucrarnos en las decisiones que se tomen en nuestro país es el primer paso para un verdadero cambio.
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