Estos días de cuarentena, me di a la tarea de separar (por fin) mis basura en diferentes recipientes. Cabe señalar que, muchas veces y con toda honestidad, por las prisas laborales y familiares, es muy difícil poder asegurarnos de rescatar envases, separar cartones, aplastar botellas o latas y almacenar todo esto para llevarlo a alguna planta de reciclaje.
Así que procuré, esta vez, cuantificar (contar) la cantidad de estos residuos generados a lo largo de 5 meses. Y el resultado fue que, realmente, pude constatar la cantidad de desechos que pueden separarse y disponerse para su reciclaje y cómo es que, a pesar de que evito el consumo de empaquetados, genero cierta cantidad de residuos que bien pudiera generar algun beneficio para alguien más (además del ambiente).
También pensé en qué hacer con esta basura ya separada. Cabe recalcar que, tal como una vez me comentó un investigador, la basura no existe si logramos separarla en residuos clasificados y aprovecharla para su reutilización, reciclaje, en fin, un uso sustentable.
Afortunadamente, las autoridades de Mérida han dispuesto una idea bastante buena que necesita
mucho de la participación de los ciudadanos: los Mega Puntos Verdes.
Estos puntos están diseñados para recolectar todos estos residuos ya clasificados. Sin embargo, es un hecho que también falta que la gente los utilice frecuente y adecuadamente para que el servicio cumpla con su objetivo. Y, aunque del lado del Ayuntamiento, haya un esfuerzo por hacer una ciudad sustentable con ideas como esta que menciono, la decisión y el peso final recae en los ciudadanos.
En fin.
Noté, posteriormente, que también mucha gente vive de la recolección de PET, aluminio y otros materiales. Así que acordé con uno de ellos para pasar a recoger periódicamente estos reciclables .
Cambios que hice a partir de este experimento: dejé de consumir refrescos en envase (cambiándolos por aguas de frutas frescas hechas en casa), la leche en envases de tetrapack por leche en polvo, las salsas en conservas por latas naturales y evitar, a toda costa, el desperdicio de residuos orgánicos, ya que ahora los uso como abono para el jardín.
Y lo cierto es que la cantidad que llevo colectada de PET, tetrapack y otros materiales, ha ido disminuyendo. Esto es, quizás, un grano en un montón de arena. Pero espero que muchas personas puedan llevar a este ejercicio e inspirar a otros para lograr un cambio en esta y en otras ciudades.
Les dejo las fotos que tomé y espero poder compartirles mi próxima experiencia sustentable.
Máximo Cancino Gómez
Jóvenes por un Desarrollo Sustentable
Acciones que generan conciencia.
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